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Devoción

 

En el caso de las devociones cristianas son prácticas religiosas no obligatorias dentro de nuestra fe.
Cada católico pone en práctica, realiza, aquellas devociones que le ayudan a profundizar en su fe y a vivir mejor su seguimiento de Jesús. Las devociones pueden ayudar a los creyentes a crecer en la vida cristiana.
Si un católico no quiere realizar una devoción concreta, tampoco está obligado a ello. Es cada católico quien decide desde su conciencia qué devociones necesita o no.
Las devociones se pueden recomendar, nunca imponer.

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Nuestra Devoción Mariana

El culto y la devoción a la Virgen es muy antiguo en la Iglesia. Surge de la realidad de su maternidad divina y del papel que Cristo le reservó en la economía salvífica. La Virgen es Madre de Dios, Theotokos, y Madre nuestra. En este sentido el culto mariano, ha tenido siempre una clara connotación cristológica.

El Concilio Vaticano II, en el capítulo VIII de la Constitución dogmática Lumen gentium (nn. 66-67) [4], habla del culto a la Santísima Virgen en la Iglesia. Explica que “María, ensalzada, por gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y de todos los hombres, por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial"

Recuerda que la Virgen es también “ejemplo de la actitud espiritual con que la Iglesia celebra y vive los divinos misterios. La ejemplaridad de la Santísima Virgen en este campo dimana del hecho que ella es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo" (n. 16).

Nosotros los consagrados, voluntariamente hemos sentido un llamado (de muchas formas que a veces no podemos explicar) y hemos respondido con un Si a la voluntad de Dios. Nos entregamos completamente a María y ella nos guiara directamente a Jesús. Por una experiencia tambien, hemos escogido la advocación (en este caso la aparición) de Fatima, Portugal en el 1917. 

Muchos tenemos otra Devoción... 

Devoción centrada en Jesucristo...

“Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús, en ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero”.

La devoción a la Divina Misericordia es muy practicada por los devotos a la Virgen Maria, pues, ella es la Madre de la Misericordia y Jesús es la Misericordia misma desde el omento de su cricificcion y muerte por nosotros pecadores.

A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso (Diario 1075). Ésta es la promesa que Jesús hizo a todos aquellos que proclamen la Misericordia, lo hagan como lo hagan. A los sacerdotes, el Señor les hizo una promesa adicional: Diles a Mis sacerdotes que los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras cuando ellos hablen de Mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en Mi Corazón. A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una fuerza prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales hablen (Diario 1521).  Estas fueron palabras de Jesús a Sor Faustina Kowalska las que se encuentran en su Diario.

Tan estrecha es la mision y union entre Jesus y Marias, que ambas devociones se manifiestan en toda su hermosura y fuerza a través del uso del Rosario, en formatos distintos pero hacia el mismo fin, la salvación de las almas.

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